Reportaje | Historia sobre Ruedas
Hoy en día, cada vez más se está extendiendo el uso de la bicicleta como medio de transporte. Eso no significa que montar en este vehículo de dos ruedas haya dejado de ser un deporte perfecto para practicarlo
durante cualquier época del año, sobre todo en otoño. El calor ya no hace mella y la temperatura es perfecta para pasarse el día pedaleando de un lado para otro sin arriesgarse a sufrir una lipotimia.
Los antecedentes de la bicicleta se remontan, incluso, hasta el Antiguo Egipto; pero quizá el primer prototipo que más se asemeja al vehículo que llegó hasta nuestros días sea el que el barón alemán Karl Christian
Ludwig Drais Von Sauerbronn inventó. En 1817, este barón decidió ingeniar la llamada "draisiana", dos ruedas alineadas y unidas dirigidas por un manillar, que sería la precursora de la bicicleta y la motocicleta.
A pesar de que las lluvias pueden convertirse en un obstáculo a la hora de aventurarse a hacer equilibrios encima de una bicicleta, se deben aprovechar cada uno de los días de sol que octubre brinda para exprimir
las posibilidades de este vehículo. Un medio de transporte, una actividad divertida y sana en familia o, incluso, una carrera o competición. Múltiples elecciones ajustadas a los pedales y las dos ruedas para que
todo el mundo sea capaz de disfrutar haciendo ejercicio.
Ciudades como París, Londres o Ámsterdam, donde el 50% de la población usa la bicicleta a diario, están a la vanguardia de las últimas tendencias para este vehículo. Desde cestas para llevar la compra hasta carros
cubiertos donde llevar a los niños son posibles de encontrar con facilidad en estas ciudades.
En España, ciudades como Madrid, Barcelona o Vitoria están incorporando en sus calles servicios de bicicletas urbanas de los que cada vez se beneficia más gente.
Ya no hay excusa para mantenerse en forma, divertirse y cuidar el medioambiente en cuanto a medios de transporte. Un casco, unas deportivas y unos pedales harán las delicias de mayores y pequeños durante este otoño.
Haciendo alusión al título de la magnífica novela de Fernando Fernán Gómez… ¡Las bicicletas ya no son para el verano!