Escapadas | Lagunas de Ruidera
LAGUNAS DE RUIDERA
En el límite de las provincias de Albacete y Ciudad Real, y en medio del extenso Campo de Montiel, nos encontramos,
casi sin previo aviso con un oasis de agua y vegetación; el Parque Natural de las Lagunas de Ruidera, en cuyo punto más alto, la Cabeza de San
Pedro se encuentran el Castillo de Rochafrida y la Cueva de Montesinos.
En una superficie de 4000 hectáreas se reparten dieciséis lagunas que escalonadamente forman cascadas y torrentes que van desde los primeros
manantiales que emanan en la laguna Blanca hasta llegar a las lagunas bajas y el Pantano de Peñarroya.
El verano es la época ideal para el disfrute de las numerosas actividades acuáticas o para que los amantes de la naturaleza se adentren por las
sendas que atraviesan el parque; el otoño, en cambio, nos descubrirá sus recónditos parajes o los suelos alfombrados con coloreadas hojas de todos
los matices del ocre, que otorgan al paisaje un encendido contraste con el verdor eterno de las copas de los pinos y las sabinas.
A la caída de la tarde la puesta de sol arranca de las paredes roqueñas asombrosos destellos rojos que se reflejan imborrables en la quietud de
sus agua.
El agua va descendiendo en altura por zonas formando así las cascadas que separan unas lagunas de otras y que dan a este paraje las
espectaculares caídas de agua que unen unas lagunas con otras a lo largo de 25 kilómetros.
El desnivel existente entre la primera laguna, denominada La Blanca, y la última, La Cenagosa, es de 120 metros. La extensión de las lagunas
es pequeña, salvo alguna excepción (lagunas San Pedro, Colgada y del Rey) y su profundidad es variable en función de la climatología, llegando
incluso a secarse en las estaciones secas.
Como es natural, el grueso de la fauna lo constituyen las aves acuáticas, es decir, ánades, fochas, porrones y cercetas, aunque no pueden olvidarse
las rapaces como el aguilucho lagunero.
En Ruidera se reproducen cada año, la focha común que anida unas veces en el agua y otras en tierra firme; el ánade real, también conocido como
azulón; y el pato colorado. También el aguilucho lagunero es visto con frecuencia en las lagunas sobre todo en época de cría.
En invierno es frecuente localizar al porrón moñudo y en los últimos años se han visto colonizadas por una especie singular: el calamón.
También casi todo los años el somormujo lavanco realiza su espectacular parada nupcial y construye un nido flotante en el parque.
Otras especies típicas del bosque mediterráneo que se pueden observar son el conejo, la tórtola, la perdiz, el ratonero común y el zorro.
Las especies piscícolas más comunes son la boga, el barbo y el blenio.
La zona de influencia del Parque Natural de Las Lagunas de Ruidera se presta a multitud de actividades. Además de las que el propio parque
sugiere como, senderismo, rutas 4x4, rutas a caballo guiadas, el parque ofrece la posibilidad de realizar todo tipo de deportes de vela, cursos
de submarinismo, espeleología, parapente, etc...
La pesca deportiva supone uno de los mayores atractivos para los visitantes, pero es la riqueza cinegética, que tanta influencia tiene en nuestra
cocina, la que por reconocimiento internacional y tradición, es la actividad principal.
También es posible iniciarnos en estos deportes con un bautismo de vela o de buceo impartido por el centro de buceo de interior de Ruideractiva.
La visita a la Cueva de Montesinos o el Castillo de Rochafrida puede ser otra alternativa para los menos aventureros aunque resulte también una
experiencia muy gratificante.